miércoles, 13 de febrero de 2008

La escafandra y la mariposa, de Julian Schnabel


EL DERECHO AL SOLIPSISMO
Pudiera parecer que La escafandra y la mariposa es una especie de Y Johnny cogió su fusil con un redactor de la revista Elle en vez de con un bravo soldado. Pero esto no es exacto. La película tiene una parte rodada sin concesiones, una parte dura, con esa dureza de los franceses, que al fin y al cabo también son un pueblo mediterráneo (le scaphandre), y otra parte cursi con ese aire de familia francés que decía Umbral que tiene todo lo cursi (le papillon).

La primera parte, que halago, es el planteamiento de la película, apenas la primera media hora, con impactantes imágenes de inspiración surrealista y sin estilismos inútiles. La segunda parte linda con el video musical y su huera exaltación, aunque a veces encuentra contenidos interesantes, como el del viaje a Lourdes.

Lo que creo que atrajo a Julian Schnabel de la historia es la creatividad de alguien encerrado en su propio cuerpo casi sin poder comunicarse y su consiguiente solipsismo. El solipsismo, que es tan artístico y tan intrigante. El arte, se diría a veces, es ver el mundo de una forma diferente, tan sólo verlo de una forma distinta; un lenguaje privado, con eso basta. Joseph Brodsky escribió: "Si la poesía demuestra algo/es que la naturaleza humana es privada.", pero se refería sobre todo al dinero.
Jean-Dominique Bauby, el malogrado protagonista, demuestra que la razón no es intersubjetiva y merece que digamos que sus imágenes (que tampoco son tantas) son, en el fondo de su cautiverio, no descubrimientos sino invenciones, logros solipsistas.

Schnabel, como ya hizo en Antes que anochezca, utiliza la naturaleza para mostrar estados de ánimo y pone en marcha la moviola como ya hiciera Leni Riefenstahl en Olimpia. Y así expresa derrumbamientos y reconstrucciones de la cámara subjetiva del protagonista.

Lástima que la película no soporte su largo metraje y que la mariposa cursi se acabe imponiendo a la escafandra simbolista en el tiempo de descuento, que es mucho.

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