viernes, 7 de diciembre de 2007

Habitacion sin salida, de Nimrod Antal


EL TAMAGOTCHI
Hoy un adolescente norteamericano ha asesinado a ocho personas en un centro comercial y luego se ha matado. En su habitación se ha encontrado una nota: "Ahora seré famoso." En Alemania, aproximadamente al mismo tiempo, una madre ha matado a sus tres hijos y luego se ha entregado a la policía. En otro lugar de Alemania sin relación con el anterior han aparecido los cadáveres momificados de tres niños de meses, al parecer todos de la misma madre. Todas estas noticias, que superan a Dostoyevski y sus temores de que el ferrocarril y la industrialización trajeran una ola de crímenes y nihilismo a Rusia y al mundo, forman el subtexto real del nuevo terror al que yo personalmente sigo con interés desde las dos primeras obras del rockero Zombie.
Digamos que el nuevo terror se caracteriza porque en él han desaparecido tanto los componentes esotéricos (seres que vienen de otros mundos a causar el mal) como la correlación puritana e inmadura entre sexo y crimen. Y entonces lo que está haciendo este terror es concentrarse en el aquí y ahora, está llevando a cabo una función de reflejo y denuncia sociales. Como las que llevaba a cabo la novela negra.
Es cierto que aún vincula sexo y violencia, pero ya no se trata del tradicional vínculo gore, sino de el que se da en realidad entre estas dos esferas ocultas de la naturaleza humana.
Es también cierto que la película que reseñamos no tiene mayor calidad que un telefilm bien rodado, pero si su subtexto nos llega y nos pone enfermos es que existe. Y por supuesto que aunque estas películas se confiesen reflejo pero también causa de la violencia (a menudo mediante imágenes de TV), de nada sirve censurarlas. Aunque lo pidan a gritos. El problema no está en la superestructura, no está en las hojas (aunque esas hojas-internet-industria audiovisual hagan cada vez más de raíces), está en las raíces.
Realmente vivimos tiempos sombríos, o al menos así nos lo parece. Internet, por poner un ejemplo, muestra su lado más oscuro antes de que hayamos empezado siquiera a utilizar sus "infinitas posibilidades". Internet es una especie de Tamagotchi al que hay que dar de comer como sea, al que yo le doy de comer ahora, al que todos los de la blogosfera le dan de comer, aunque sea con snuff movies. ¿Y quién está haciendo las películas oscuras que se corresponden con estos tiempos? ¿Quién es el Marcel Carné que está rodando Le quai des brumes de hoy en día? Quizá sea el director de una cinta de terror. Ficticia o real.

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