sábado, 17 de noviembre de 2007

Redacted, de Brian De Palma


SIN NOVEDAD EN SAMARRA
Se ha estrenado en el Gran Bilbao, en medio de un nudo de autopistas al que sólo se puede llegar en automóvil, la última maravilla hipertextual de Brian De Palma, Redacted. El título hace referencia a su naturaleza textual, y si texto viene de textura, si texto proviene de tejido, Redacted es un patchwork, un lienzo, un batán que trabaja muchos algodones distintos, mucha lana de la que llega al mercado y se vende a peso y con beneficios, mucha licra de la que irrita la piel. Redacted tiene toda la suciedad de los youtubes, toda la candidez de los documentales de guerra, toda la infamia innecesaria del silicio y mucha de la fría verdad de las cámaras de seguridad.
Brian De Palma ha juntado todos estos soportes, más un delicioso e irónico documental progre francés, para contarnos al fin toda la verdad sobre la guerra, todo su aburrimiento, toda la tensión, pero, sobre todo, todo el aburrimiento de la guerra, porque no lo sabíamos, no nos lo habían contado. "Lo que pasa en Las Vegas en Las Vegas se queda y lo que pasa en la guerra en la guerra se queda." Y, por si el hermetismo acerca de este tema fuera poco, la guerra no la puede contar alguien a quien le guste, porque entonces lo que le sale es un canto a la juventud, que es otra cosa. La guerra la tiene que contar alguien que no tenga himnos de guerra en su credo, pero que sea lo suficientemente listo como para darse cuenta de que no está ahí por casualidad, que no la hace Bush. Y entonces, sólo entonces, lo que sale es un ejército semianalfabeto, lleno de banderas confederadas, pin ups sobadas por la tropa y miseria suburbana trasplantada al frente. Lo que sale es más o menos la silueta del hombre.
El resultado final de De Palma recorre los infinitos caminos de lo audiovisual, bordea el realismo sucio, nos deleita con planos que "se caen", desequilibrados, a lo Kiarostami, y reflexiona sobre su propia mentira hasta llegar al primer soporte prefílmico, la foto.
La tesis de De Palma es que la sangre es negra, no roja, y que los muertos se mueren no como en la ópera, no como en el cine bélico, sino quietos, sorprendidos y aterrorizados, que es algo así como el k.o. de un boxeador.
P.D.: Una hora pasada después del final y del silencio de luto que De Palma instaló en la sala, noto quizás poco retrosabor, aunque fue espléndida mientras el proyector estuvo encendido. Dicen que somos impermeables. Pudiera ser.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tomo buena nota. La tenía en la lista de pendientes, y algo me sonaba bien en la propuesta a priori. De Palma es un tipo tan excéntrico e imprevisible que igual machaca a Tom Wolfe que te canta la guerra por funerales.
Veo que andas liado también con el texto/no texto/ante texto y demás texturas de lo fílmico. No dejan de decir que la semiótica ya se superó hace unos años. Anda y que les jodan, podemos resistir barthesianamente.
Un abrazo.